En este libro se abordan temas clásicos y emergentes en el estudio de las familias y los procesos demográficos. Reciben una atención singular las vinculaciones entre familias y trabajo, pero también aspectos menos analizados en la sociodemografía mexicana, como el emparejamiento conyugal, la homogamia, el ejercicio de los roles parentales, el papel de la migración en la constitución de nuevos arreglos familiares, las redes de apoyo a la población senescente y el papel de la familia como productora de significados sociales. Con base en los hallazgos de investigación contenidos en el libro se plantean, hipotéticamente, algunos de los escenarios sociodemográficos previsibles para el México del siglo XXI. Si bien las familias seguirán siendo un referente sociosimbólico importante para sus integrantes, y un ámbito central para la reproducción cotidiana y generacional, algunos de sus cimientos no ofrecen ya la estabilidad de antaño. Las transformaciones macro estructurales en curso ejercen efectos contrapuestos sobre ellas: en unos casos incentivan la relativa flexibilización de su estructura y su dinámica interna, en otros refuerzan los patrones tradicionales y la resistencia al cambio. Los capítulos que conforman este libro muestran perfiles diversos de las familias mexicanas, perfiles que hablan de la heterogeneidad que encierran, pero también de un universo familiar complejo, coherente y potencialmente conflictivo, que responde contradictoriamente a las múltiples tensiones socioeconómicas que lo atraviesan.
